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[Once meses sin aportar nada es demasiada vaguería. Quizá lo dejé porque lo que leo no suele estar en las mesas de novedades. ¿Qué importa?, me he dicho esta mañana. Esto es algo íntimo. Todo lo más, para curiosos].

viernes, 28 de enero de 2011

día 1998. Homer y Langley de Doctorow. La historia real según la Wiki

Estoy leyendo el libro de Doctorow y, para que se entiendan los extractos que ponga, lo mejor es conocer la historia real que copio de Wikipedia. A partir de ahí, todo lo que escribe el maestro americano cobra un sentido en el que lo real ya no importa. Un gran libro que consigue que te importe la historia de esos dos hermanos. Que el que narra la historia, Homer, sea ciego como lo fue Homero, obliga a un punto de “vista” que permite un desarrollo excepcional.

Los Collyer, Homer y Langley, fueron dos hermanos norteamericanos que se hicieron famosos por su carácter excéntrico y el acaparamiento compulsivo de objetos desechados.
Nacieron y vivieron en Nueva York desde finales del siglo XIX hasta mediados de la década de los 40 del siglo XX. Hijos de una familia acomodada, recibieron una sólida formación universitaria (derecho e ingeniería) y no se les conoció ocupación alguna mientras.
Su historia es de las más increíbles que se puedan relatar. Acumuladores compulsivos, llegaron a juntar casi 200 toneladas de diverso material en su casa de 4 pisos en el cruce entre la Quinta Avenida y la calle 128 en Harlem, Manhattan.
Cuando la policía entró el 21 de marzo de 1947, previamente avisada por los vecinos acerca de que los hermanos no daban señales de vida desde hacía bastante tiempo, no pudo franquear la puerta de entrada al encontrarse con enormes pilas de periódicos que la taponaban literalmente desde el suelo hasta el techo. Solicitada la ayuda de los bomberos de Nueva York, éstos también fracasaron al intentar acceder a la vivienda a través de las ventanas pues también se encontraban absolutamente bloqueadas por ingentes y compactas montañas de papel y otros objetos. No hubo más remedio que realizar un agujero en la azotea del edificio para, por fin, lograr introducirse en la vivienda de los hermanos.
Después de sólo seis horas de atravesar angostísimos pasadizos a través de todo tipo de objetos inimaginables, se tuvo la inmensa suerte de localizar el cuerpo sin vida de uno de los hermanos, Homer, sentado en una silla. Efectivamente fue "suerte" encontrar en "sólo seis horas" el cuerpo de Homer porque a pesar de que decenas de bomberos y policías trabajaron a destajo, no se pudo encontrar el cuerpo del otro hermano, Langley, hasta 18 días después (8 de abril de 1947). Hubo para ello que remover y retirar 136 toneladas de material diverso. Lo curioso de todo es que el cadáver del segundo hermano apareció a escasos metros del primero, lo que da una idea del infierno en que se había convertido aquella casa.
El cadáver del segundo hermano apareció en gran parte comido por las ratas y bajo una cantidad ingente de miles de libros, periódicos y otros objetos de todo tipo. Falleció aplastado por un derrumbe mientras intentaba acceder al rincón de la casa en donde se hallaba su hermano Homer para darle de comer pues éste era paralítico además de ciego. Nunca llegó, pues murió aplastado por el camino. Su hermano Homer, como la autopsia posterior reveló, falleció de hambre y sed en una lenta e interminable agonía.
Solo la enumeración de los objetos que se encontraron enterrados entre miles de otros objetos en esa casa es fascinante (10 pianos de cola, coches, maquinas de rayos X, centenares de miles de periódicos, decenas de miles de libros, miles y miles de discos....)
Los hermanos acumularon todos los periódicos emitidos en la Ciudad de Nueva York durante aproximadamente 3 décadas y media. Si tenemos en cuenta de que en dicha ciudad existían unos quince periódicos diarios, multiplíquese 15 X 365 X 35 y se obtendrá una cifra aproximada acerca de lo que estamos hablando. Langley fue en una ocasión preguntado acerca de esa inexplicable manía de acumular periódicos. Contestó que los guardaba para que su hermano, ciego, los leyese cuando recuperase la vista y así se pusiese al día. Langley creía firmemente que Homer recuperaría la vista y a tal efecto suministraba a su hermano unas 100 naranjas a la semana pues creía en ello como procedimiento infalible para lograrlo. Esta no es más que una de las decenas de extravagancias que adornaban a los hermanos.
E. L Doctorow. Homer y Langley. Su historia en Wikipedia.

2 comentarios:

  1. De todo me quedo con Doctorow

    buen fin de semana

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  2. Estaba buscando tiempo para leer esta serie. Empiezo ahora.
    ¡Pero la historia real ya es tan alucinante!

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